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La teledetección en aguas interiores
  •   Copernicus Sentinel Space

En la entrada anterior comentamos que el INTA utiliza el Embalse de Rosarito como zona de estudio para investigaciones sobre el seguimiento de la calidad de aguas continentales con teledetección.

Esta es una aplicación de la teledetección tan interesante como difícil. El agua tiene una reflectancia muy baja y, por tanto, de ella proviene muy poca energía, de manera que la aportación de la atmósfera es habitualmente una gran parte de la medida de un píxel - aportación que no es fácil eliminar. En el caso de aguas interiores y costeras, además, la contribución de radiación reflejada en el entorno de la masa de agua y desviada hacia el píxel por la atmósfera es también importante y difícil de estimar. Por último, las cambiantes condiciones de la superficie del agua y el reflejo especular de la iluminación solar (que no aporta información sobre la composición del agua) deben ser consideradas al analizar la imagen.

Por otra parte, obtener información sobre la calidad del agua a partir de la radiación que refleja depende de nuestra capacidad para "desandar" los procesos ópticos implicados. Esto requiere elaborar modelos sobre la relación entre la concentración de los componentes ópticamente activos del agua y su reflectancia. Y estos modelos se alimentan de bandas estrechas y situadas en puntos específicos del espectro.

En resumen, nada fácil. Sin embargo, el procedimiento actual de evaluar el estado de una masa de agua es caro y laborioso, con tomas de muestras puntuales (en el tiempo y en el espacio) que deben analizarse en laboratorio para obtener los parámetros de interés. Por tanto, la teledetección es la única herramienta para (potencialmente) poder observar continuamente en el tiempo y el espacio esos parámetros.

Sentinel-2 y OLCI (Sentinel-3) pueden, cada uno a su manera, contribuir a esa tarea y se está trabajando a fondo para encontrar la manera óptima de utilizar cada uno de esos sensores, considerando sus ventajas e inconvenientes. Un buen ejemplo es el proyecto EOMORES, financiado por la Comisión Europea en el marco del programa H2020.

En el INTA hemos aportado datos valiosos de nuestros sensores AHS y CASI para la mejora de los modelos que relacionan reflectancia y parámetros de calidad del agua. En la imagen se ve el Embalse de Rosarito, tal como lo observa el sensor AHS del INTA. La combinación de bandas que hemos usado para hacer la imagen son aquellas que en principio contienen información sobre la calidad del agua. No se ve mucho a simple vista: es necesario mayor detalle espectral y radiométrico, y un trabajo de análisis cuidadoso. De esto os hablaremos en la próxima entrada.

Imagen del sensor AHS del INTA sobre Embalse de Rosarito