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El futuro de Copernicus
  •   Space

En estos días están abiertas diferentes convocatorias que son importantes para el futuro de Copernicus, tanto de su segmento espacio como de sus servicios oficiales.

Por el lado del segmento espacio, e independientemente de la continuidad garantizada de las misiones Sentinel actuales, se está avanzando en preparar la llamada expansión de Copernicus: nuevas misiones Sentinel que pudieran complementar los datos de las ya previstas. Esta preparación lleva tiempo en marcha, con consultas a los usuarios sobre sus necesidades y "vigilancia tecnológica", es decir, estudiar qué ofrece la tecnología de observación de la Tierra para esas necesidades.

Como resultado de esas acciones ha quedado claro que la prioridad es una misión especializada en la medida de emisiones de CO2 de origen antrópico, que ya lleva informalmente el nombre de Sentinel-7. Pero además, hay una serie de candidatos "finalistas" para completar la expansión de Copernicus que son:

  • Una misión (que puede ser multi-satélite) especializada en información de utilidad para agricultura
  • El inventario y seguimiento del estado de bosques, en particular para el programa REDD+
  • El estudio de las condiciones físicas de las zonas polares

En la convocatoria actualmente abierta del programa H2020 de investigación de la Comisión Europea, se ha previsto financiar estudios sobre cómo deberían ser los productos y servicios asociados a esas misiones. La convocatoria correspondiente se denomina LC-SPACE-02-EO-2018 y está abierta hasta el próximo 6 de marzo. Como todos los proyectos financiados por el H2020, se esperan consorcios de al menos tres países miembros de la Comisión.

Simultáneamente, la Agencia Espacial Europea (ESA) tiene ahora mismo (diciembre 2017) abiertas invitaciones a presentar estudios para la solución tecnológica de los satélites que pudieran servir a esos objetivos. Estos son:

  • Un espectrómetro para la medida de emisiones de CO2
  • Una misión hiperespectral operacional de media resolución espacial, que pueda ser utilizada en agricultura y bosques
  • Una misión térmica de resolución espacial por debajo de 100 m
  • Una misión para estudio de hielo y nieve árticos

Las convocatorias abiertas piden el diseño inicial de una misión que pueda cumplir con los requisitos de los usuarios, desde el satélite y su instrumentación, hasta los algoritmos de proceso de los datos; y también el coste total de la misión. Cualquier empresa o consorcio puede presentar sus propuestas y la ESA financiará la propuesta que se evalúe como más prometedora. Hay que advertir que estos estudios tecnológicos se realizarán en paralelo a las discusiones estratégicas y con los usuarios que coordina la CE. El resultado puede ser el abandono o modificación de alguno de los conceptos de la ESA, pero difícilmente supondrá su sustitución por un nuevo, ya que cada nueva misión requiere muchos años de desarrollo y aquellos conceptos que no estén ya arrancando difícilmente podrían dar lugar a una misión operacional en el plazo de 10-12 años, como pretende ser la expansión de Copernicus.

En cuanto a los servicios, se garantiza la continuidad por un plazo largo y también se presta atención a su evolución. En este sentido, el programa de espacio va a financiar también un estudio sobre la evolución del CMMS, denominada LC-SPACE-03-EO-2018. Pero en este caso se quiere cubrir un objetivo muy específico, la mejora de los modelos matemáticos de circulación marina.