Un reciente trabajo liderado por el Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA) plantea un nuevo acercamiento al origen y replicación del ácido ribonucleico (ARN) en la Tierra primitiva, desde la perspectiva de la teoría de la complejidad. Los investigadores han desarrollado un modelo teórico y computacional llamado EarlyWorld que ayuda a desentrañar uno de los mayores enigmas de la ciencia: el origen de la vida. El estudio —publicado en la revista Communications Chemistry— sugiere que la interacción entre moléculas de ARN primitivo y superficies de arcilla, bajo la influencia de las mareas, pudo facilitar la aparición de los primeros sistemas autorreplicantes en nuestro planeta.
El 29 de julio —en las instalaciones del laboratorio de Energía del Centro de Experimentación de El Arenosillo (CEDEA), dependiente del área de Energía y Medioambiente del INTA—, tuvo lugar la jornada de cierre y presentación de resultados del proyecto nacional: «Operación y control de sistemas de producción y almacenamiento de hidrógeno mediante electrolizadores a partir de fuentes renovables» (OPALH2). Este proyecto se financió con la convocatoria 2021 de ayudas públicas a proyectos estratégicos orientados a la transición ecológica y a la transición digital del Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación para el período 2021-2023, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, con referencia TED2021-131663B-I00.
Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto un sistema estelar cuádruple jerárquico extraordinariamente raro, compuesto por un par de enanas marrones frías orbitando a un par de estrellas enanas rojas jóvenes. El sistema, denominado UPM J1040−3551, se encuentra a solo 82 años luz de la Tierra, en la constelación de Antlia, y ha sido publicado en la prestigiosa revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society (MNRAS).
La investigación —liderada por el profesor Zenghua Zhang, de la Universidad de Nanjing— cuenta con la participación de las doctoras Maricruz Gálvez Ortiz y Patricia Cruz Gamba, del Centro de Astrobiología (CAB, INTA-CSIC), como coautoras.
El 25 de julio, se produjo el lanzamiento del cohete Vega 27, a las 23:03:00 h (hora de Kurú, 02:03:00 UTC). Las 04:03:00 horas de la mañana en España.
El lanzador Vega C puso en órbita heliosíncrona —a una altitud aproximada de 495 km— los satélites CO3D, una constelación de cuatro satélites cuyos clientes son: Airbus y CNES. Además, un quinto satélite (MicroCarb) —a una órbita de 650 kms—, cuyo cliente es el Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES) de Francia.
Nuestro equipo INTA —destacado en el centro espacial como radar de franqueamiento— dio soporte a la seguridad (hasta los 1.200 km de distancia) y datos de trayectoria del lanzamiento, desde la localidad de San Lorenzo de Maroni (frontera con Surinam). A unos 150 km del lanzador, situado en Kurú.