Un equipo internacional liderado por el Centro de Astrobiología (CAB), CSIC-INTA, ha descubierto la presencia de sulfuro de dimetilo (DMS) en el medio interestelar. Este hallazgo demuestra que el DMS puede formarse de manera abiótica en el espacio, lo cual limita su fiabilidad como biomarcador en la búsqueda de vida extraterrestre en exoplanetas. Además, supone un avance en la comprensión de la complejidad química en el medio interestelar, al ser la molécula sulfurada más compleja detectada hasta la fecha.