La misión Solar Orbiter, liderada por la Agencia Espacial Europea (ESA), ha logrado un hito sin precedentes al obtener las primeras imágenes de los polos del Sol, abriendo una nueva ventana al estudio de los campos magnéticos solares.
Estas observaciones históricas han sido posibles gracias al instrumento PHI (Polarimetric and Helioseismic Imager), diseñado para analizar la actividad magnética del Sol con gran precisión. El Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) ha tenido un papel clave en su desarrollo, aportando componentes fundamentales como el Full Disc Telescope y los moduladores de polarización.
Este avance representa un paso crucial en la comprensión del comportamiento solar y su impacto en el entorno espacial de la Tierra.
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